La ingestión de heces es una queja muy frecuente de los dueños de perros. Este comportamiento de consumir materia fecal (también llamada coprofagia) puede estar a menudo asociado con situaciones de estrés, ansiedad, juego, así como una forma que tienen los perros de llamar la atención de sus dueños (por ejemplo, con la llegada a casa de otros perros o un cambio de rutinas).
Sin embargo, esta actitud también puede estar asociada con situaciones de deficiencias nutricionales, como resultado de una nutrición inadecuada o insuficiente. Es muy común ver a perros que conviven con gatos y se comen las heces de los gatos, ya que son mucho más ricas en proteínas ...
Si su perro presenta este comportamiento, debería acudir a su médico veterinario para que se le realice un examen físico completo, además de análisis fecales.
Durante la consulta debe proporcionar le al veterinario la mayor información posible, como el tipo de alimento que consume su mascota, la progresión y frecuencia con que ingiere las heces, si está presente cuando el perro muestra este comportamiento, la fuente de las heces que ingiere (es decir, si son propias o de otro animal), el lugar donde vive su mascota (casa, calle o quinta) y también sobre el historial de salud del animal.
A pesar de ser una práctica relativamente común, por lo general las consecuencias médicas son mínimas (hay que prestar atención a la razón de este comportamiento, no a sus consecuencias, si bien el mayor riesgo de este comportamiento es la adquisición de algunos parásitos)
Sin embargo, la coprofagia puede estar asociada con otros problemas de salud, tales como la pancreatitis y problemas intestinales. Por esta razón, no deje de asistir a su médico veterinario si su mascota comienza a ingerir heces.
Para los propietarios, este comportamiento puede ser causa del trastorno e impaciencia, comprometiendo así la conexión afectiva con su mascota. Cuando vean este tipo de comportamiento la reacción inmediata debe ser acercarse a su perro, regañarlo y obligarlo a detener esa actitud. Esta reacción e puede conducir a que el perro trate de comer rápidamente las heces antes de que el propietario se acerque, ante este escenario, cualquier forma de castigo puede causar confusión y / o una respuesta con miedo.
Como medidas de prevención los dueños deben:
- Dirigir la atención de su animal a los juguetes o premios (cookies) para que no ingieran las heces
- Asegúrese de que el alimento sea de buena calidad y en dosis suficiente
- Limpiar diariamente la zona donde el animal defeca, o mejor aún, recoger las heces de inmediato, eliminando así el estímulo
- Pasear al perro con la correa / del pecho para prevenir y controlar el acto de ingerir las heces
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