Importancia de la nutrición adecuada de los micronutrientes

Pero en 1943, McCay, en su libro "Nutrition of the dog", citó estudios publicados y subrayó que había una falta real de información sobre este tema, más que en otras especies. El resultado de esto fue que en los últimos 30 años se han caracterizado por un aumento sustancial de la investigación sobre la nutrición de perros, en particular en lo que respecta a las necesidades nutricionales.

Aquí arranca un parteaguas, pues en los inicios de la investigación nutricional, los requerimientos nutricionales se basaban en sostener la vida; se habla de un nivel mínimo o un nivel adecuado de nutrientes. Algunos autores consideran que el nivel mínimo es el nivel de nutriente que provee la nutrición adecuada, sin embargo, otros consideran que estos niveles no son óptimos para la salud y bienestar de las mascotas. En cierto sentido, esto es una cuestión de semántica. En otras palabras, es una cuestión de la definición adecuada de los diversos términos utilizados para describir la cantidad de un nutriente esencial, que es suficiente para un propósito determinado.

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¿Qué categoría de alimento necesita mi mascota?

Armando Enriquez de la Fuente Blanquet

En general, hay dos tipos de estudios experimentales que involucran el requerimiento de nutrientes. Un tipo consiste en medir el efecto de la alimentación en cantidades crecientes, o concentraciones dietéticas del nutriente que se evalúa en criterios de respuesta específica (tasa de crecimiento, concentración plasmática, etc.). Este enfoque se presta bien para determinar el requerimiento de nutrientes para el crecimiento y desarrollo normal.

El segundo tipo de estudio es el método de "agotamiento-repleción". Este enfoque es más popular para su uso en estudios de requerimiento de nutrientes para funciones específicas de animales adultos (mantenimiento, reproducción, etc.). En este caso, los animales se colocan primero en una dieta de agotamiento, que está diseñada para proporcionar una cantidad insignificante del nutriente a estudiar, con el fin de determinar la cantidad necesaria para alcanzar la normalidad fisiológica de los criterios de respuesta específicos.

Actualmente, las guías nutricionales como el NRC, FEDIAF o AFFCO, establecen los requerimientos mínimos de cada nutriente para perros y gatos, basándose en información publicada con evidencia científica. De esta manera, el fabricante de alimentos balanceados para mascotas formula su petfood para cumplir con estos requerimientos. Sin embargo, hay muchas variables que pueden provocar alteraciones en la cantidad de un nutriente que necesita un animal que deben ser considerados. La forma química y/o física del nutriente puede afectar, ya que los requisitos mínimos generalmente se determinan mediante el uso de fuentes del nutriente disponibles. Además, la presencia y/o concentración de otras sustancias (por ejemplo, sustancias que pueden combinarse con el nutriente y que limitan así su absorción) puede alterar su utilización y también puede afectar la cantidad necesaria para cumplir con el requerimiento.

La formulación de un alimento para mascotas debe ser adecuada y precisa, y particularmente existen dos micronutrientes que deben tener nuestra atención durante la formulación: las vitaminas y los minerales traza.

Las vitaminas son sustancias indispensables para la vida; su privación conduce a manifestaciones de deficiencias o síndromes, que ocurren rápidamente en función de la vitamina considerada y de las posibles reservas que pueda tener el organismo o el aporte que debe encontrar en sus alimentos.

Las cantidades de vitaminas necesarias son muy reducidas y se trata de dosis en el orden de microgramos o pocos miligramos diarios. En la actualidad es poco frecuente que los perros o gatos, bien cuidados y alimentados con un producto específico para ellos, presenten síntomas graves de carencias vitamínicas de importancia. Sin embargo, las necesidades mínimas o básicas de vitaminas que se consiguen con una alimentación industrial, pueden no ser la fuente dónde se localice la dosis diaria más adecuada de vitaminas. Por lo anterior, es importante que la vitamina que se adicione al alimento comercial tenga las características físicas en número adecuado de partículas que permita una distribución de manera uniforme en el alimento.

Por un lado, hay que hablar de la recomendación de aporte diario mínimo; si suministramos menos de esa cantidad, con absoluta seguridad veremos cómo el sujeto desarrolla síntomas graves de carencia vitamínica. Un alimento comercial debe incluir un aporte mínimo de vitaminas, pero si por alguna razón las necesidades aumentan, es decir, si disminuye el consumo total de alimento o existen problemas digestivos que dificultan en parte la absorción de esas vitaminas, podemos tener una deficiencia.

Además, el aporte de vitaminas en un alimento para mascotas puede tener dos orígenes: el aporte de las materias primas que componen el alimento, por ejemplo, los granos, las pastas, las harinas de origen animal, etc., o la adición de vitaminas comerciales que se fabrican de manera industrial.

Frente a estos desafíos un alimento debe manejar 'márgenes de seguridad'. Supongamos que la cantidad mínima diaria de aporte de una determinada vitamina sea de 10 mcg/kg; la dosis que podríamos llamar 'de seguridad' podría ser de 14 mcg/kg, con lo que, aunque el perro o el gato coman un poco menos, o tengan un consumo más alto de lo normal, esa dosis diaria aseguraría que no se van a producir síntomas de carencia vitamínica.

Una vez establecido el nivel mínimo con margen de seguridad, se debe considerar que las vitaminas son moléculas relativamente inestables y delicadas que se ven afectadas negativamente por los efectos de la luz, el calor, los procesos oxidativos, la humedad, etc. Si nuestra vitamina sufre una pérdida de 30% después de un proceso de extrusión (120°C), entonces para llegar a 14 mcg/kg deberíamos adicionar 20 mcg/kg antes del proceso de fabricación. Recomiendo revisar la estabilidad de cada vitamina para manejar correctamente el ajuste de cada una de ellas.

Finalmente, el alimento cumplirá con su vida de anaquel (periodo de tiempo en que un producto alimenticio conserva las propiedades como nutrientes, sabor, textura, color...) que el consumidor espera del mismo y que el fabricante garantiza.

Adicionalmente, las vitaminas pierden actividad de forma gradual con el tiempo. Si en 12 meses nuestra vitamina va a perder 50% de su actividad, para llegar a los 14 mcg/kg de nivel de 'seguridad', debemos considerar un ajuste más y deberíamos iniciar con una adición de 40 mcg/kg antes del proceso de fabricación. Lo expuesto anteriormente tiene la finalidad de no provocar deficiencias de vitaminas; la precisión es muy importante y se deberá calcular con evidencia científica de respaldo. Se debe tener mucho cuidado con los ajustes en la adición de las vitaminas liposolubles para no caer en excesos o un problema de toxicidad.

Los minerales son, de igual manera, elementos químicos imprescindibles para el normal funcionamiento metabólico. El agua circula entre los distintos compartimentos corporales llevando electrolitos, que son partículas minerales en solución. Tanto los cambios internos como el equilibrio acuoso dependen de su concentración y distribución.

Según el consumo necesario de nuestro organismo y el tipo de mineral se pueden clasificar de la siguiente manera: minerales que son necesarios en grandes cantidades (> 100 mgrs/día) son los macrominerales, como el Calcio, Fósforo, Sodio, Potasio, Magnesio y Azufre; los que necesarios en cantidades más pequeñas (<100 mgrs/día) se les denomina oligoelementos (oligo = poco) o elementos "traza", como el Hierro, Cobre, Zinc, Manganeso, Yodo y Selenio.

Existen interrelaciones importantes entre muchos de los elementos minerales, que pueden afectar su absorción, metabolismo y acción. En concreto, el exceso o la deficiencia de algunos minerales pueden alterar considerablemente la capacidad del organismo para utilizar otros de la dieta. Como consecuencia, los niveles de la mayoría de los minerales de la dieta deben valorarse siempre en relación con otros componentes de la misma, con el objetivo de lograr un equilibrio dietético óptimo.

Los minerales traza pueden unirse y aumentar la oxidación en el alimento, destruyendo sus valiosos nutrientes (vitaminas, enzimas, grasas y probióticos), lo que podría reducir la palatabilidad. Esto puede disminuir la efectividad incluso de las mejores dietas. La disminución de la potencia de los minerales traza y los valiosos ingredientes de los alimentos puede conducir a problemas de seguridad y problemas de salud generales en las mascotas. Por ende, la formulación de los minerales debe cumplir con el requerimiento del perro o gato, y cuidar el equilibrio de este en relación al resto de los nutrientes presentes en la dieta formulada.

Los minerales traza varían tanto en la estructura molecular como en su desempeño en los animales. Hoy en día hay tres formas disponibles: inorgánica, orgánica e hidroxi. Los minerales traza inorgánicos tienen un enlace débil que hace que se unan y degraden nutrientes esenciales importantes. Los minerales traza orgánicos e hidroxi tienen enlaces covalentes más fuertes a los metales esenciales, por lo que no se descomponen tan fácilmente, lo que permite una mayor absorción de nutrientes en el torrente sanguíneo, además de demostrar mayor biodisponibilidad que las fuentes inorgánicas.

La biodisponibilidad podría definirse como la eficiencia con la que un elemento se absorbe y llega a la circulación sistémica con el fin de ser distribuido a órganos y tejidos, y utilizado para funciones fisiológicas. Trabajos de la Universidad de Carolina del Norte han demostrado que la biodisponibilidad de un hidroxi-Cu puede llegar a ser dos veces mayor comparado a una fuente de Sulfato-Cu.

La precisión de que un mineral cumpla con el requerimiento mínimo para el perro o gato dependerá, por un lado, de la biodisponibilidad, pero cuidando el equilibrio por las interacciones antes mencionadas.

Finalmente, basándonos en los conocimientos sobre los requerimientos y las tolerancias de los nutrientes, una definición razonable del concepto de requerimiento mínimo puede ser la cantidad mínima de un nutriente que está disponible al máximo para cumplir con un objetivo definido. Como hemos visto, hay numerosos factores que pueden alterar la biodisponibilidad de un nutriente, así como el hecho de que el requerimiento puede variar, dependiendo del criterio de respuesta que se esté utilizando para determinarlo. Incluso las tolerancias recomendadas por las guías como AAFCO, pueden no abordar todas las posibles variaciones en las necesidades de nutrientes. Lo importante es que el alimento del perro o gato contenga el nivel del micro-nutriente adecuado, en un balance óptimo y con la mejor biodisponibilidad del ingrediente.

Fuente: All Pet Food