La pasada semana, ante el aumento de casos del clado 1b de la viruela del mono (mpox) en la República Democrática del Congo (RDC) y en un número creciente de países de África, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaraba la emergencia sanitaria internacional.
Hay que recordar que el virus de la viruela del mono es zoonósico y puede infectar a muchas especies de mamíferos. Sin embargo, no está claro si los animales de compañía comunes son susceptibles a la infección por mpox.
Un estudio de julio de 2022 describió a un perro de 4 años en Francia que había estado viviendo y durmiendo con dos pacientes con mpox. En ese estudio, se identificó ADN de mpox en muestras de hisopos de la piel del perro y de la superficie de las lesiones mucosas y en muestras de hisopos anales y orales. Sin embargo, finalmente, las investigaciones de seguimiento sugirieron que el animal no estaba infectado. Asimismo, se documentó un caso similar en Brasil en agosto de 2022.
Es por ello por lo que un grupo de investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos y de otros centros de investigación del país han llevado a cabo un estudio One Health para evaluar la susceptibilidad de los animales de compañía al mpox y el riesgo de transmisión zoonósica inversa dentro de los hogares.
Para ello, entre julio de 2022 y marzo de 2023, recolectaron muestras de hisopos de animales y del medio ambiente en los hogares de pacientes con casos confirmados de mpox humano del clado IIb y realizaron pruebas de detección de mpox y ADN humano mediante PCR. También utilizaron ELISA para la detección de anticuerpos contra el ortopoxvirus.
En total, tomaron muestras de 34 animales de compañía individuales de 21 hogares: 24 perros domésticos, 9 gatos domésticos y 1 conejo doméstico. La edad de los animales osciló entre 4 meses y 16 años; 22 eran machos y 12 hembras.
En general, el 12% (22/191) de las muestras de hisopos de animales y el 25% (14/56) de las muestras de hisopos ambientales de 4 hogares, incluidas muestras de 4 perros y un gato, dieron positivo para el ADN de mpox, pero no detectaron anticuerpos viables de mpox ni de ortopoxvirus.
'Nuestros hallazgos demuestran una probable contaminación del ADN de los casos humanos de mpox. Sin embargo, a pesar de la alta probabilidad de exposición, no encontramos indicios de que los animales de compañía estuvieran infectados', sostienen.
En el estudio, las lesiones cutáneas en 7 animales fueron las únicas características clínicas observables que eran potencialmente compatibles con la enfermedad. Sin embargo, 5 animales exhibieron lesiones antes de la aparición de los síntomas del propietario, y los 2 animales con lesiones cutáneas que se observaron después de la aparición de los síntomas del propietario fueron negativos para mpox por PCR. Solo un animal tenía lesiones positivas para mpox muestreadas. Sin embargo, después de revisar todos los datos, no consideraron a este animal como un caso confirmado.
Las bajas cargas de ADN viral sugieren contaminación de las muestras
'Los resultados de PCR de mpox que muestran altos valores de Ct que indican bajas cargas de ADN viral y la falta de virus viables o anticuerpos en las muestras recolectadas sugieren firmemente que las lesiones o costras observadas en estos animales no fueron el resultado de la infección por mpox', explican.
En este sentido, apuntan que, al interpretar los resultados de las pruebas de PCR de animales de compañía, se debe tener en cuenta la posibilidad de contaminación por contacto directo con una persona con mpox o por exposición indirecta a materiales que contengan ADN.
Además, sostienen que las definiciones de caso deben considerar la posible contaminación externa y exigir más que un resultado positivo de PCR de un animal para que se considere un caso animal confirmado de mpox.
'La infección por mpox en animales de compañía, si son huéspedes adecuados, no está caracterizada; se desconocen los signos clínicos, la diseminación viral y la duración del período infeccioso', admiten.
Por ello, los autores consideran que se necesita más investigación para determinar la susceptibilidad de los animales de compañía al mpox del clado IIb. Por lo tanto, siguen recomendando que los propietarios con mpox limiten sus interacciones con sus mascotas.
'En conclusión, todavía no existen pruebas sólidas que sugieran que los animales de compañía comunes, como los perros o los gatos, sean susceptibles a la infección por el virus mpox del clado IIb', apuntan.
Fuente: Animal's Health
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