No existe una cura para la leishmaniosis canina, sólo podemos controlar los síntomas, por lo que la prevención cobra una especial importancia.
Antes de centrarnos en las pautas de tratamiento y en los métodos de prevención de la leishmaniosis canina, es conveniente tener en cuenta que en el caso concreto de España si bien hace unas décadas esta enfermedad era propia del área mediterránea, con los años a consecuencia del cambio climático y a que los vectores transmisores de la misma están presentes en todo el país, la enfermedad está ya presente en todo el territorio.
Así, tal y como se ve en el mapa a continuación, la zona más septentrional presenta una baja incidencia; no obstante, zonas hasta hace poco libres de leishmaniosis o con una baja prevalencia, son a día de hoy, zonas endémicas, como por ejemplo áreas de las provincias de Ourense y León, España.
Tratamiento de la leishmaniosis canina
El tratamiento de la leishmaniosis canina es complejo por varios motivos:
- Los fármacos empleados son caros, más si cabe teniendo en cuenta que en gran parte de los animales se trata de un proceso crónico con recaídas que requerirán un control periódico y tratamientos recurrentes.
- Muchos de los fármacos tienen efectos secundarios importantes.
- No hay cura parasitológica para la enfermedad, sólo podemos resolver los signos clínicos. Aunque en casos puntuales podemos conseguir la cura del proceso, no es una expectativa realista en la mayor parte de los pacientes, si bien hoy en día muchos de ellos pueden estar bien controlados.
Los fármacos usados en el tratamiento de la leishmaniosis canina son de tres tipos:
- Leishmanicidas: antimoniales, miltefosina.
- Leishmaniostáticos: alopurinol.
- Inmunomoduladores: domperidona, nucleótidos.
Prevención de la leishmaniosis canina
Este punto es básico en el control de la enfermedad. Hay que evitar que los insectos piquen a los animales portadores, tanto sintomáticos como sin sintomatología clínica evidente y también a los animales sanos no portadores.
Entre las medidas que deben implantarse de forma conjunta en la prevención de la leishmaniosis canina se encuentran:
- Empleo de repelentes eficaces contra flebótomos, revisando la duración del efecto de cara a un tratamiento continuado. Es importante destacar que la época de mayor actividad del flebótomo es de mayo a octubre, con picos en junio y septiembre, aunque puede aparecer antes si las condiciones climáticas son favorables.
- Evitar zonas de alto riesgo, con un nivel elevado de humedad, como por ejemplo aguas estancadas.
- Evitar momentos de mayor actividad del mosquito y así, dado que se trata de un insecto con actividad nocturna, se debe evitar o reducir la exposición del animal durante el amanecer y el ocaso, especialmente en zonas de riesgo.
- Aumentar la resistencia al desarrollo de la enfermedad, para lo cual se pueden emplear productos que aumenten la respuesta inmunitaria celular (domperidona) o vacunas con el mismo fin, obteniendo el mejor resultado combinando ambas.
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