Tal es así, que algunos ingredientes existentes, que hasta ahora se han utilizado de una forma en particular, pueden desempeñar nuevas funciones en las recetas de alimentos para mascotas.
En contexto
Respaldados por las tendencias humanas de consumir alimentos orgánicos, reducir el consumo de carne y revisar la cadena productiva y su impacto ambiental de cada alimento que consumimos, la industria pet food se ve impulsada, por aquellos consumidores cada vez más conscientes de la salud y el impacto en el ecosistema, a buscar nuevas alternativas para dar respuesta a las cambiantes demandas.
En cuanto a la sostenibilidad, una Encuesta Global de Estilos de Vida de Euromonitor International arroja que la importancia y preocupación sobre el impacto ambiental y la crisis climática es significativamente más grande entre las personas que tienen mascotas que las que no, llegando a casi un 70% de dueños preocupados por cambio climático y buscando reducir su impacto negativo en el medioambiente. Estos números no impulsan, sino obligan, a nuestra industria a tomar acción para escuchar lo que los dueños de mascotas buscan a la hora de comprar.
Un pequeño cambio, grandes resultados
Cambiar la formulación de un alimento no es tarea sencilla. Si bien, desde la industria, se cree que tenemos todo para poder hacerlo con lo que ya existe, es decir, sin salir a buscar tantos ingredientes nuevos, la complejidad no se hace menor. Hacer un pequeño cambio en una fórmula de pet food puede tener un gran impacto en el resultado final, desde la palatabilidad hasta el procesamiento y el envasado. Y lo cierto es que, de estos cambios, puede que una parte sean completamente inesperados y se descubran a prueba y error y, en muchos casos, puede que ni se detecten hasta que un consumidor lo ponga en palabras. Es por esto que, si se trabaja con materias primas que ya conocemos, puede que el impacto de cambiar su función dentro de una fórmula sea menor o, al menos, más controlado. En este sentido, al aplicar cambios en formulaciones, podemos decir que el éxito, más allá del resultado, es prever y gestionar los cambios de 'efecto cascada'.
Reto y oportunidad en busca de mayor sostenibilidad
En los últimos años, como ya las tendencias nos lo hacen saber, los ingredientes de alimentos para mascotas han estado en tensión directa con la sostenibilidad.
Y si bien hay una gran parte de millennials que quieren que sus mascotas sean vegetarianas o veganas (si es posible), hay otras corrientes, como la de la dieta ancestral, que fomenta que los animales coman lo más parecido a lo que encontrarían en la naturaleza si viviesen en ella, lo que sería, claramente, carne. Esto ha aumentado significativamente la huella de carbono de la industria, ya que la producción cárnica es de las más contaminantes.
Los desafíos no paran de presentarse, frente a un consumidor que cada vez negocia menos y exige más: ya no quieren, tampoco, que sus mascotas se alimenten de subproductos cárnicos. Esto se debe, en gran parte, a la desinformación; sin embargo, hasta que consigamos educar a la audiencia, seguirán exigiendo y prefiriendo alimentos con carne de grado humano (es decir, apta para su consumo por personas), como ingrediente principal de las fórmulas.
Así, es claro ver cómo las oportunidades se encuentran frecuentemente con nuevos desafíos que surgen de una industria que se encuentra en plena transformación. Mientras caminamos hacia nuevas alternativas de uso de ingredientes, debemos hacer frente a diversas demandas y obstáculos que emergen repentinamente.
El desafío también está dentro
De igual forma, aplicar cambios en las funcionalidades o roles de los ingredientes no solo tiene desafíos externos, sino también, y a los que más importancia debemos dar, internos, que surgen de la misma producción de alimentos y la complejidad que esto conlleva.
Para cambiar el rol de los ingredientes, lo más importante a tener cuenta y revisar los efectos cascada es:
Funcionalidad
Los ingredientes que utilicemos, y sobre los cuales apliquemos cambios, si son ya conocidos y los tenemos en stock, o bien tenemos un proveedor que nos los ofrece de forma segura, deben proporcionar la funcionalidad que se necesita desde una perspectiva nutricional, así como desde la practicidad misma del producto. A la hora de aplicar cambios en las formulaciones, hay que tener en cuenta las reacciones químicas entre los ingredientes, porque pueden modificar la disponibilidad de proteínas, aminoácidos, ácidos grasos, fibras, vitaminas y minerales, entre otros.
Empaque
Dado que cada ingrediente tiene sus beneficios, como algunos son muy buenos para retener agua y otros son buenos para proporcionar una matriz de estructura, hay que tener en cuenta cuál será la mejor forma de envasar el producto final con la nueva formulación. ¿Es el mismo? ¿Se necesita un envase con otras características? ¿Lo que cambió en el producto afecta a su conservación?
Cadenas de suministro
Hay un factor que nos excede como fabricantes de alimentos para mascotas y es la disponibilidad de materias primas. Si hacemos un cambio de fórmula y eso impacta en la cantidad que necesitamos de uno de sus ingredientes, debemos, antes de avanzar con el proceso, asegurarnos de que nuestros proveedores actuales puedan proporcionar las cantidades necesarias. Si no sucede, habrá que buscar alternativas, o bien de proveedores o volver al paso 1: ¡de ingrediente!
Conclusión
Tal vez no sea cuestión de inventar nada nuevo, sino de apelar a la creatividad y, basados en la ciencia e información, encontrar nuevas formas de combinar ingredientes para mejorar los resultados y reducir el impacto.
Eso sí, tengamos en cuenta siempre los focos de la industria de hoy: calidad, sostenibilidad y bienestar.
Fuente: All Pet Food
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Sobre el autor
Maria Candelaria CarbajoTraductora y redactora - Colaboro con negocios y proyectos con propósito para mejorar su comunicación escrita, transmitir su valor diferencial y conectar con sus personas-audiencia. Me gusta el trabajo en equipo y unir fuerzas, experiencias y conocimientos para llevar al mundo todo el potencial que tienen los negocios que buscan impactar con sus servicios, productos o experiencias.