23/02/2022

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Aclaración: Esta nota fue redactada y publicada en la edición de enero de All Pet Food Magazine, con anterioridad a que la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad de Alimentos) publicara en su Reglamento para la Unión Europea 20022/63 que se retira la autorización para utilizar el aditivo dióxido de titanio (E171) en productos alimentarios.

 

Titanio en alimentos para mascotas, ¿sí o no?

El dióxido de titanio se encuentra en algunas fórmulas de alimentos para perros y gatos. ¿Su función? Sirve para mejorar el brillo de los colores y proporciona un blanqueamiento en, por ejemplo, alimentos enlatados a base de pollo o pescado o en golosinas para perros con forma de hueso. Sin embargo, el dióxido de titanio genera controversia, ya que en ocasiones se lo ha vinculado a diferentes problemas de salud, se utiliza incluso como partículas de pigmento para su uso en alimentos para humanos como gomas de mascar y pastas de dientes.

Fuentes como la Agencia Francesa de Seguridad y Salud Alimentaria, Ambiental y Ocupacional (ANSES) afirma que no hay suficiente información acerca del riesgo de genotoxicidad impuesto por el nano dióxido de titanio.

 

¿De dónde surge el dióxido de titanio que se utiliza?

El principal estado de valencia del titanio es 4+, aunque también se conocen los estados 3+ y 2+, que son menos estables. El elemento arde al aire cuando se calienta reaccionando al aire en el ambiente, y así se obtiene el dióxido.

Existe, además, un dióxido de titanio de origen natural que se encuentra en los suelos. Es un compuesto estable e insoluble que interactúa de forma limitada con la biota. La liberación de titanio al medio ambiente se relaciona principalmente con el proceso de extracción y el uso de productos que contienen titanio. Por consiguiente, si el titanio llega a las plantas y al ganado, los alimentos para mascotas tienen algo de titanio aportado por ciertos ingredientes (aunque luego pueda agregarse o no como blanqueador).

 

¿Es necesario en la alimentación de los perros y gatos?

Efectivamente, no hay indicios de que el titanio o alguno de sus componentes o derivados sea esencial para la correcta alimentación de perros y gatos, y es por eso que la atención de las nuevas investigaciones se centra en la posible toxicidad del elemento. De hecho, en 2006, el Consejo Nacional de Investigación de EE. UU. no lo incluyó en la lista de nutrientes requeridos para perros y gatos.

 

¿El dióxido de titanio es tóxico?

El dióxido de titanio tiene un nivel muy bajo de toxicidad. Para esto, es esencial conseguir el tamaño y cantidad de partícula justos para utilizarlo en lo que se quiere: pigmentación y blanqueamiento, por ejemplo. Actualmente, y en líneas generales, al menos un 39% de las partículas que contienen los alimentos no tienen el tamaño adecuado. Dichas partículas (nanopartículas) son las que pueden causar daño en el organismo.

 

Estudio más reciente sobre el titanio y dióxido de titanio

En el estudio de Benyen se analizó una muestra de 120 alimentos para animales domésticos secos y húmedos en los que se encontraba una cantidad de entre 0,2 a 2300 mg por kg de materia seca (o por kg de residuo del alimento después de eliminar su humedad).

En estos casos, el dióxido de titanio se usó como marcador (por su carácter de inofensivo, inabsorbible y no alterador del proceso digestivo) para estimar la producción fecal en ensayos de digestibilidad canina y felina sin recolección total de heces. Los estudios que se centraron en el uso de dióxido de titanio en perros han utilizado tasas de inclusión dietética del 0,4% en alimentos secos o alrededor de 2667 mg Ti / kg ddm.

Resultados

Se determinó la recuperación fecal de titanio a partir de 0,3% de dióxido de titanio incorporado en la comida seca para perros. Las recuperaciones promedio fueron de entre 74 y 81% para dos fórmulas de dieta diferentes, lo que significa que la absorción aparente general fue de un 23% de la ingesta.

Se administró dióxido de carbono encapsulado por vía oral a 6 perros en una dosis de 5 grs. por kg. de dieta seca. En las heces recolectadas durante las 48 horas posteriores a la administración, la recuperación de titanio fue del 97%.

En un experimento similar, se mezclaron 2 grs. de dióxido de titanio con pollitos recién nacidos como única fuente de nutrición. La recuperación fecal media fue de entre 81 y 74%. Si la recolección de heces en los tres experimentos con perros fue casi completa, podemos decir que la absorción total de titanio fue de aproximadamente un 16% de la ingesta, lo que nos deja una fracción significativa ingerida.

Otros estudios tempranos en perros y gatos

Se alimentó con dióxido de titanio a cuatro gatos y un perro. El mineral se trató con ácido sulfúrico y se produjo el dióxido por hidrólisis a alta presión. Los animales recibieron el dióxido diariamente, excepto días domingos y festivos. Para los gatos y el perro, el número de días de alimentación experimental fue 390/480, 390/480, 175/208, 300/368 y 390/480. Las dosis individuales medias, expresadas en g TiO2 / kg de peso corporal por día, fueron de 0,75, 0,84, 0,86, 0,80 y 0,28 g.

Resultados

El TiO2 (dióxido de titanio) de administración oral no se asoció con efectos externos adversos para la salud. Los pesos corporales de los gatos fueron generalmente estables. Los pesos corporales inicial y final del perro fueron de 9,2 y 25,3 kg.

La autopsia en dos gatos no mostró anomalías. El titanio era indetectable en órganos, bilis y huesos. Para un gato, se encontró que la cantidad de titanio en el tracto gastrointestinal, incluido el contenido, era el 95% de la dosis ingerida.

Se demostró que cuatro gatos no se vieron afectados por la alimentación con cantidades muy altas de dióxido de titanio durante períodos de hasta 480 días. Un perro en crecimiento tampoco se vio afectado.

 

¿Qué concluimos sobre su toxicidad?

El Comité sobre Minerales y Sustancias Tóxicas en la Dieta y el Agua para los Animales declaró que: 'el titanio es esencialmente no tóxico en las cantidades y formas que normalmente se ingieren. Por ende, no se ha descrito una toxicidad oral específica del titanio y no se puede sugerir un límite máximo tolerable para ningún animal doméstico'.

Por el momento, no se pueden excluir los efectos negativos del dióxido de titanio para la salud al incluirlo en las fórmulas de alimentos para mascotas. Los datos disponibles sobre la toxicidad del titanio oral en perros y gatos son insuficientes, mientras que no se ha abordado el impacto del dióxido de titanio a nanoescala.

Finalmente, el 18 de enero se ha prohibido la utilización de este aditivo en Europa, por lo que nos quedará, de ahora en más, comenzar a buscar alternativas que lo reemplacen sin poner en riesgo la salud de los animales.

 

Fuente: All Pet Food

Sobre el autor

Luciana Chippano

Soy Luciana Chippano, acompaño a dueños de negocios digitales de Latinoamérica a crecer potenciando sus ventas con la herramienta más poderosa: la comunicación. Soy CEO y fundadora de la primera academia de Copywriting y comunicación digital estratégica de Latinoamérica. Y desde ahí acompaño a dueños de negocios con mentorías personalizadas, talleres, cursos y formaciones avanzadas para que optimicen su comunicación y vendan más.


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