La salud de las mascotas peligra día con día por múltiples razones, entre ellas figura la presencia de un compuesto en sus alimentos y juguetes llamado Bisfenol A, también conocido como BPA.
De acuerdo con National Geographic en español, 'este compuesto se reguló en diversos países como España y limitan su uso a un mínimo porcentaje en los plásticos que sirven para almacenar alimentos y bebidas' pero en diversos productos desarrollados para las mascotas sigue presente en cantidades bastante nocivas.
Ante los resultados obtenidos en diferentes estudios, se sugirió en varios países reducir el uso de plásticos y sobre todo del BPA, pues recordó la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que las consecuencias son perjudiciales tanto para el medio ambiente como para los humanos y las mascotas.
Principales riesgos del Bisfenol A en mascotas
El principal riesgo de salud vinculado al BPA es la obesidad, pues altera el sistema endocrino y las mascotas, especialmente los perros, pasan mucho tiempo masticando sus juguetes, por lo que su exposición al compuesto es muy cotidiano.
Otros de los posibles riesgos incluyen infertilidad, diabetes, alteración de la presión sanguínea, problemas cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
De acuerdo con NatGeo, las autoridades sanitarias de cada país son las que determinan el porcentaje 'seguro' de BPA que puede llevar un producto y por desgracia esto no se aplica a los juguetes importados.
La Administración Federal de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) investigó el impacto que tenía el componente en los perros y después de cambiar la dieta por comida enlatada en recipientes que contenían BPA, el análisis demostró que los niveles del compuesto se triplicaron luego de que modificaron su alimentación.
Esto aumentó cuando los perros dedicaban más tiempo a masticar sus juguetes y por ello el problema se hacía más latente en canes de corta edad debido a que pasan mucho tiempo masticando porque todavía les están creciendo los dientes y es su forma de aliviar el malestar que les provocan.
La solución que adoptaron algunos fabricantes de juguetes fue sustituir los plásticos que contienen BPA por materiales como la madera, cuerdas o felpa.
En el caso de los peluches, hay que tener en cuenta que aunque el material exterior sea otro el relleno puede contener BPA y en especial aquellos que hacen ruido al apretarlos, pues cuentan con un aparato interno fabricado generalmente con plástico.
Efectos perjudiciales en las personas
De acuerdo con un informe de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicado en 2023, el bisfenol A, también conocido como BPA, es una sustancia utilizada en la fabricación de envases y tapones que afecta la salud humana de diferentes maneras.
Debido a que este compuesto puede migrar a los alimentos y líquidos, las personas quedan expuestas a sus efectos nocivos que afectan negativamente al sistema inmunológico, lo que aumenta el riesgo de inflamación pulmonar alérgica y trastornos autoinmunes.
También existe la posibilidad de que tenga impacto en el sistema reproductivo, el desarrollo y el metabolismo, por lo que la EFSA recomendó hacer una revisión continua de la seguridad de los productos que contienen BPA conforme avancen las investigaciones.
Claude Lambré, presidente de la Comisión Técnica de Materiales en Contacto con Alimentos de la EFSA, asegura que más de 800 estudios desde 2013 respaldan estas conclusiones.
Anteriormente, el valor de ingesta diaria tolerable de BPA era de 4 microgramos por kilogramo de peso corporal, pero con el informe de 2023 recomendaron una ingesta de sólo 0.2 nanogramos por kilogramo, lo que significa que es un valor 20 mil veces menor que el anterior.
Otros materiales tóxicos en juguetes de mascotas
El PVC es un tipo de plástico que se utiliza frecuentemente para fabricar juguetes y otros productos para mascotas. A simple vista parece ser inofensivo pero al ser un material muy duro, los fabricantes suelen añadir compuestos químicos a los juguetes y mordedores para ablandar el plástico y hacerlo más flexible.
Cuanto más juegue y mastique este material, más toxinas se filtrarán y los daños que cause serán graves, pues estas toxinas se mueven libremente y pueden ser absorbidas por las encías o la piel del perro. Además, este material se vuelve aún más peligroso debido a que contiene cloro. Cuando la mascota mastica un juguete de PVC, el cloro se libera con el tiempo.
Es importante evitar la compra de estos juguetes en todas las edades, pero principalmente con los cachorros, pues el material puede afectar más a los cachorros.
NatGeo señala que aunque al día de hoy ya no es tan común ver que la pintura de los juguetes cuente con plomo, 'es muy probable que los países con normativas menos estrictas fabriquen sus productos con este componente tóxico' y puede causar graves consecuencias neurológicas, dañar múltiples órganos, incluidos el sistema nervioso y el tracto gastrointestinal.
Otras sustancias químicas que pueden afectar a las mascotas son el cromo y el cadmio, pues se encuentran en el tinte de algunos plásticos. También el formaldehído que es una sustancia química prohibida en muchos países, pero que algunos fabricantes usan al día de hoy. Unas de las consecuencias más evidentes son la irritación cutánea y los problemas respiratorios.
Por: Fabián Sosa
Fuente: Infobae
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