La palatabilidad asimismo es un conjunto de observaciones que los padres de mascotas hacen durante los momentos de alimentación y están relacionadas principalmente con la velocidad de consumo, gestos de satisfacción y comer completamente la ración ofrecida.
Pero también la palatabilidad es un atributo técnico del producto, que puede controlarse a través de la correcta calibración del sistema de producción y la selección de los ingredientes. Para comprender mejor esto es necesario definir primero que es la palatabilidad en términos generales y en términos técnicos.
Definición general de palatabilidad: es la capacidad de un alimento de generar un atractivo en perros o gatos por efecto de la activación de sus sentidos y la estimulación de impulso de alimentarse, está íntimamente relacionada con el olor y el sabor del alimento, pero también con su forma y textura.
Palatabilidad técnica: es el resultado de una prueba de palatabilidad en un panel entrenado de mascotas. El panel debe cumplir con numerosas exigencias de tamaño, entrenamiento, y estilo de vida para considerarse calibrado. La prueba debe seguir un protocolo establecido previamente y probado que resulta robusto para la generación de datos. Finalmente, los datos de la prueba deben procesarse por un método estadístico adecuado para obtener una conclusión numérica del resultado.
Los dos protocolos más usados en la actualidad para medir palatabilidad son la prueba versus y el test monádico. La prueba versus consiste en la oferta de dos platos de manera simultánea a la mascota durante un tiempo determinado, cada uno con un alimento diferente y dejando a la mascota escoger libremente cuál de ellos prefiere. El test monádico se ofrece un solo alimento durante un tiempo determinado y se permite a la mascota consumirlo libremente.[1]
El test monódico nos indica principalmente el nivel de consumo de un alimento, está mas relacionado con la forma natural de alimentarse de las mascotas en los hogares, pero tiene un poder de discriminación entre dos alimentos determinados relativamente bajo, o dicho de otro modo, para que exista una diferencia significativa entre dos alimentos en un test monádico, su diferencia en palatabilidad deber ser bastante notoria. La prueba versus, por otro lado, indica principalmente una preferencia, posee un poder de discriminación muy elevado, permitiendo incluso con paneles muy bien entrenados detectar diferencias muy sutiles entre dos alimentos, como por ejemplo pequeños cambios en la formulación.
Mientras que el test monádico es recomendado para evaluar si un alimento es consumido en niveles adecuados por una mascota y cumple con ciertas exigencias nutricionales, la prueba versus en mas adecuada a la hora de decidir si entre dos opciones hay una que resulta mejor para las mascotas, de esa manera nos permite decidir por ejemplo entre dos tipos de cereales, dos tipos de grasas o dos temperaturas de cocción diferentes.
Ahora bien, regresado al título del artículo contestaremos cada una de las preguntas realizadas.
Primeramente, si es posible controlar la palatabilidad, porque existe una herramienta de medición estandarizada y protocolizada, la prueba versus o un test monádico.
Segundo, también es posible predeterminar o preestablecer niveles de palatabilidad en un conjunto de alimentos, esto se logra evaluando la respuesta de varios parámetros de producción, de formulación y dosis de ciertos componentes clave en el producto. Se pueden entonces establecer un orden o escalonamiento de la palatabilidad en un portafolio de marcas, así por ejemplo se puede otorgar mas palatabilidad a las marcas premium y niveles moderados a las económicas. También se puede diferenciar la respuesta a productos específicos, por ejemplo, haciendo mas palatable un producto para razas pequeñas que su contraparte para razas grandes.
¿Pero cómo se logra esto a nivel práctico?
El primer paso es lograr medir la palatabilidad en un centro de investigación preparado para ello. En general se recomienda el protocolo versus para detectar pequeñas diferencias entre dos opciones, que pueden ser dos competidores en un mismo segmento de mercado, dos formulas diferentes de un mismo producto, o un producto prototipo en desarrollo versus uno ya establecido. Esto va a sentar la línea de base sobre las cuales planificar los niveles y las modificaciones.
El segundo paso es garantizar un nivel basal de palatabilidad lo más alto posible trabajando sobre la textura de la croqueta, la calidad y tipo de materias primas usadas en su formulación y una serie de parámetros clave durante el proceso de fabricación. Esto no va a dejar como elemento de diferenciación entre varios tipos de productos principalmente el tipo de aplicación externa de grasas y saborizantes. Un ejemplo de parámetros clave a controlar para maximizar la atractividad de las croquetas es como sigue:
Una vez que tenemos los principales puntos de proceso bajo control y aseguramos una croqueta optima hay que definir niveles de cobertura externa de grasa y saborizante liquido y/o en polvo para diferenciar los productos en cada segmento de mercado. Siempre el objetivo es ajustarse al perfil nutricional del alimento, pero intentar colocar la mayor cantidad de grasa externamente, que es donde más se puede apreciar por lo sentidos gustativos y olfativos de las macotas. En cuanto a saborizantes, se deben escoger dosis más altas para productos de mayor relevancia en el portafolio, las marcas premium. también es posible seleccionar en el mercado una variedad de opciones de saborizantes de distinta 'potencia' o distinto nivel de palatabilidad. El nivel de palatabilidad de un saborizante viene determinado por sus ingredientes y su proceso de fabricación, y lo que da finalmente el posicionamiento es una prueba de palatabilidad, en general se acepta que para considerar un saborizante como perteneciente a un nivel superior que otro determinado, el mas potente debe obtener un resultado favorable estadísticamente significativo frente a otro, aplicado en las mismas dosis y en las mismas croquetas.
Tabla ejemplo de dosis de grasas y saborizantes:
El mismo concepto aplica para las grasas y para los productos terminados en general. A la hora de definir el nivel de palatabilidad de dos grasas, se realiza una prueba de palatabilidad entre ambos ingredientes, ambos aplicados en la misma dosis sobre un mismo lote de croquetas secas y en las mismas condiciones, con lo cual el único factor diferente es la grasa. Aquel ingrediente que logre un resultado estadísticamente significativo sobre el otro se puede considerara como en un nivel superior de palatabilidad.
Al aplicar este mismo diseño experimental a la prueba de dos productos terminados se puede establecer el nivel de palatabilidad de cada uno. Para evitar sesgos de selección de muestra se recomienda escoger ambos productos en el mercado escogiendo aleatoriamente el punto de compra. No es válido comparar un prototipo piloto con un producto del mercado. Otro factor calve es la frescura de ambos productos, donde se recomienda que no difieran en las de 30 días de fabricación para considerar de igual edad.
Resumiendo, si bien la palatabilidad es concepto complejo que es fundamentalmente una respuesta sensorial, biológica, por tanto, a un alimento. Existen acumuladas hasta evidencias científicas y experiencia práctica que indican caminos para racionalizar y modelar ese concepto en puntos muy concretos de la fabricación y formulación de un producto con el objetivo de lograr efectos predeterminados.
Fuente: Juan Manuel Peralta
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