En la manifestación bajo el lema 'En defensa del sector y el comercio responsable de animales de compañía' que tuvo lugar el pasado 23 de enero, la industria planteó su preocupación por las inseguridades jurídicas y la falta de base científica de esta ley que pretende armonizar las normas de bienestar animal en el país.
Si se aprueba, la nueva ley obligará a los dueños de mascotas a cuidar a los animales, lo que incluye garantizar un lugar de vida e higiene de calidad. El borrador también establece que los propietarios deben asegurarse de que las mascotas no hagan sus necesidades en áreas no autorizadas y asegurarse de que los animales realicen los tratamientos veterinarios obligatorios.
Los dueños de mascotas también estarán obligados a realizar una prueba para certificar que están preparados y calificados para poseer un animal.
La Asociación Española de Distribuidores de Productos para Animales de Compañía (AEDPAC) cree que la aplicación en el mercado de esta normativa 'puede provocar un efecto dominó que podría suponer un punto de inflexión para el futuro del sector del cuidado de animales de compañía'.
'Sería especialmente perjudicial para los mayoristas y minoristas de animales de compañía, ya que este sector está abocado a perder el 30% de su facturación a corto plazo, obligando a muchos operadores minoristas a cerrar', advierte el presidente de AEDPAC, Adolfo Santa Olalla.
Olalla también dijo que la nueva ley crearía un mercado negro en línea ya que la demanda seguirá existiendo a pesar de cualquier cambio regulatorio.
La asociación también cree que esta nueva regulación sentaría un precedente para implementar reglas similares en otros países europeos.
Intentos similares en Europa
Según la asociación, la industria española de animales de compañía genera una facturación de unos 2.000 millones de euros (2.270 millones de dólares) y unos 200.000 puestos de trabajo.
Tal y como afirma el secretario general de AEDPAC, Ignasi Solana Vinyoles, diferentes países de Europa han intentado aprobar e implementar 'una legislación basada en una ideología animalista que va en contra de la experiencia del mercado, el conocimiento científico y el más elemental sentido común'.
Algunos ejemplos incluyen Francia, Bélgica (Flandes), los Países Bajos y Alemania.
'Trabajar en el sector del cuidado profesional de animales de compañía implica ser especialmente rigurosos a la hora de aplicar la legislación vigente, siendo el bienestar animal una parte intrínseca y esencial de nuestro día a día empresarial', afirmó.
Vinyoles añadió que por ello 'la inmensa mayoría de los profesionales' está a favor de leyes de bienestar animal que regulen la trazabilidad y el bienestar animal y la calidad y sostenibilidad de los materiales y productos.
Fuente: GlobalPETS
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