El impacto que nuestra civilización tiene sobre el funcionamiento del medioambiente es cada vez más evidente y menos discutible. Si bien todavía existen nichos de controversia y rechazo a la idea de que el desarrollo humano es responsable de cambios en el funcionamiento del clima y los procesos globales del planeta, gran parte de la población ya ha adoptado esta idea como cierta y además ha tomado medidas concretas para mitigar la huella que cada uno de nosotros dejamos.
La visión que se tiene de este tema crucial para la sociedad está fuertemente influenciada por el rango etario, así los jóvenes no sólo se muestran mas preocupados por este tema y menos propensos a negarlo, sino que además llevan la delantera en incorporar cambios de conducta concretos que modifican sus hábitos de consumo.
Existen varias tendencias muy marcadas en las nuevas generaciones respecto de su forma de afrontar el consumo para cubrir sus necesidades, una de las de más rápido crecimiento es la de reemplazar el consumo de productos de origen animal por alternativas, principalmente vegetales. Esto ha generado toda una gama de perfiles que pueden ser clasificados en alguno de estos grupos
- Flexitarianos: admiten el consumo de carne y productos de origen animal de manera moderada y esporádica, fundamentalmente en ocasiones sociales, dan prioridad al consumo de vegetales y derivados de vegetales. Representan aproximadamente un 16% de la población global y el 85% son menores a 60 años.
- Vegetarianos: no consumen carne, pero sí algunos de derivados como lácteos, huevos y miel. Alrededor del 10% de la población mundial es vegetariana, India solamente cuenta con mas 350 millones de vegetarianos.
- Veganos: no consumen ningún tipo de producto proveniente de animales, incluso cuero y eventos donde se usen animales. Representan un 3% de la población mundial.
Independientemente de los detalles específicos de cada grupo, juntos representan el 29% de la población mundial y compartes estos rasgos comunes:
- El 60% de los tres grupos es menor a 44 años.
- Mas del 70% realiza actividades de bienestar como ejercitación y meditación.
- Mas del 60% realiza actividades relacionadas al cuidado del medioambiente incluyendo la compra preferencial en empresas socialmente responsables.
- Mas del 40% prefiere gastar dinero en experiencias que en bienes.
Ahora bien, cómo impacta todo esto en la industria de los alimentos para mascotas de manera concreta. Por un lado, la fuerte tendencia a la humanización de las mascotas hace que las personas trasladen sus hábitos a sus mascotas, por otro lado, la disminución del consumo de carne trae aparejada una disminución en la oferta de subproductos de origen animal, generando incertidumbre sobre el abastecimiento de proteínas en el futuro mediato. El resultado final es que se ha generado en los últimos años una tendencia constante al desarrollo de productos vegetarianos o veganos para mascotas y a la incorporación de fuentes proteicas alternativas, para el desarrollo de nuevos productos.
Quizás la tendencia mas consolidada respecto de la incorporación de nuevas fuentes de proteínas es la denominada Grain Free, en la que además de reemplazar el almidón de los cereales también se reemplazan proteínas tradicionales por alternativas que provienen de legumbres y vegetales. Pero esta tendencia no necesariamente es vegetariana. Si es importante resaltar su presencia porque ya ha generado un espacio de mercado permanente y en donde los ingredientes y formulaciones alternativas ya hicieron el camino de romper dos grandes barreras, la cultural para los humanos y la de la palatabilidad para las mascotas.
A la hora de desarrollar alternativas vegetarianas de alimentos para mascotas el punto clave a resolver es la fuente de proteínas, la cual no sólo debe estar concentrada, sino que además tiene que poseer un perfil de aminoácidos completo para la nutrición de perros y gatos.
Existen actualmente tres categorías principales de proteínas alternativas disponibles
Fuentes establecidas y disponibles: proteínas de soja, arvejas, lupines, papa, trigo y maíz. Poseen una cadena industrial robusta y con escala suficiente para abastecer las necesidades de la industria de alimentación humana y de mascotas. Por su escala poseen precios competitivos y están disponibles de manera constante sin estacionalidad ni quiebres en los stocks de mercado. Casi todas estas proteínas son el resultado de un proceso de separación de los componentes de estos vegetales, en el caso de la soja lo que más interesa es su aceite, y la proteína es un subproducto de esta separación; en el caso del maíz, trigo y papa lo que interesa es su almidón y las proteínas quedan como un importante producto secundario. En el caso de arvejas y lupines tanto el almidón como las proteínas son importantes productos para la industria frigorífica. Poseen grandes superficies cultivadas, los vegetales han sido mejorados genéticamente por selección natural o ingeniería genética para tener rindes muy elevados, la tecnología de producción está muy desarrollada y se han optimizado el consumo de agua y la utilización de químicos en estas especies vegetales. Ya están presentes en la mayoría de los alimentos para mascotas del mercado actual.
Fuentes emergentes de proteínas con disponibilidad limitada: proteínas purificadas de garbanzo, habas, lentejas, colza y porotos. Poseen menores superficies de cultivo a nivel global, suelen ser cultivos más amigables con el medio ambiente y con frecuencia son orgánicos certificados. Su cadena de industrialización no está plenamente establecida pero cada vez más plantas agregan capacidad instalada para procesar y separar proteínas, almidones, fibras y aceites de estas fuentes vegetales. En general, la producción de estas proteínas es específica para la obtención de proteínas en sí mismas, y no un subproducto de una industria de mayor escala, por lo que sus precios están por encima de las fuentes bien establecidas. Si bien poseen limitaciones de volumen a nivel global, se puede contar con ellas de forma regular para usos específicos, aún no se puede resolver el abastecimiento global de proteínas para mascotas descansando en estas soluciones emergentes. Suelen agregar interesantes adicionales benéficos para el medioambiente, como aumentar la diversidad de cultivos, permitir la rotación de cultivos, muchos de ellos son libres de modificaciones genéticas (pero esto también reduce su rendimiento) y además agregan una cuota de disponibilidad local de fuentes proteicas que reduce la incidencia de fletes y gastos energéticos de transporte.
Fuentes emergentes de proteínas alternativas: proteínas aisladas de Quinua, Girasol, Algas, Lenteja de Agua e Insectos (grillos y larva de mosca soldado fundamentalmente). Al ser fuentes noveles de proteínas en general ya han sido establecidas con criterios de economía circular y cuidado la disponibilidad cerca de la fuente de consumo para evitar emisiones y gastos energéticos innecesarios. Por otro lado, casi todas ellas no compiten directamente con la alimentación humana, tanto en el uso final como en su forma de cultivo. En el caso especial de las proteínas de insectos, si bien no son plant based, sí pueden considerarse amigables para el desarrollo de productos vegetarianos.
Todas estas fuentes noveles poseen superficies de cultivo menores y poco desarrolladas, también poseen cadenas industriales no plenamente establecidas y gran parte de ellas están siendo introducidas al mercado de alimentación humana y animal, por lo que deben romperse aún algunas barreras culturales para su consumo, sobre todo los insectos.
Poseen sin embargo muy interesantes perspectivas de sostenibilidad a largo plazo.
La lenteja de agua es una planta acuática y tanto ella como las algas pueden ser cultivadas en agua sin necesidad de ocupar superficies de tierra. Ambas poseen altos rindes de cultivo, cercanos a las 20 ton/ha/año para la lenteja de agua y 40 ton/ha/año para las algas. Los perfiles aminoacídicos son completos y además, en el caso de las algas, poseen una gran concentración de ácidos grasos omega 3 y 6 en su grasa. Una desventaja importante es que son adecuadas solamente para climas cálidos y templados.
La quinua posee la ventaja de ser adaptable a muchos tipos de climas y poseer naturalmente altos rendimientos, además posee un perfil de aminoácidos muy completo y un contenido proteico elevado. Culturalmente ya es plenamente aceptada por la población e incluso se la considera un superalimento y un producto benéfico para la alimentación.
Analizando en detalle el caso de la proteína proveniente insectos, hay que resaltar que desde el punto de vista de la sostenibilidad son las que mejor perspectiva poseen. Los insectos pueden crecer consumiendo de manera eficiente residuos orgánicos de otras industrias, la harina de insectos es baja en grasa y muy rica en proteínas de perfil aminoacídico completo. Se utilizan muchos menos recursos para producir una tonelada de harina de insectos que para producir una tonelada de harina animal (menos agua, menos energía, menos superficie y menos emisiones). La industria de proteínas de insectos ya nació bajo el concepto de economía circular por lo que intenta resolver durante su escalamiento, todos los problemas referentes a su relación con el medioambiente.
Para finalizar revisaremos brevemente los desafíos que posee el desarrollo de alimentos para mascotas basados en fuentes de proteínas alternativas, fundamentalmente plant based para ofrecer alternativas vegetarianas o veganas a los consumidores.
En lo referente a la nutrición hay que asegurarse que las fuentes de proteínas poseen todos los aminoácidos esenciales para perros y gatos y de no ser así se deben usar suplementos puros, fundamentalmente de metionina y lisina.
Otro de los desafíos técnicos es la solución de la palatabilidad del alimento, ya que las fuentes de grasa vegetal son menos apetecibles para las mascotas que las animales. Por otro lado, los saborizantes actuales están todos basados en la hidrolisis de proteínas animales, existen soluciones alternativas a base de otras proteínas, pero aún en proceso de desarrollo y con escasa disponibilidad en el mercado local.
Así como en el caso de la alimentación humana, el cambio a la dieta vegana o vegetariana debe ser monitoreado para garantizar que se cumple la ingesta de aminoácidos, vitaminas y minerales esenciales para el organismo. Por otro lado, este tipo de alimentación no tiene porque ser menos apetecible ni menos placentera tanto para humanos como para mascotas, por lo que la búsqueda de soluciones satisfactorias de palatabilidad es un campo altamente dinámico en la industria alimenticia dado que todavía no se han cubierto plenamente las expectativas de los consumidores que buscan bienestar, conveniencia y disfrute.
Fuente: All Pet Food
Te podría interesar: ¿Cómo le doy la cúrcuma a mi perro y para qué sirve?
Tendencias
15/01/2024
Agricultura regenerativa en pet food, una puerta hacia la economía circular en la industria
Por