No caben dudas de que la sostenibilidad se ha convertido tanto en una palabra de moda como en una necesidad y un cambio social inevitable. Como todo lo que llega para quedarse, surgen tendencias que entran en conflicto tanto entre ellas como con los modelos tradicionales.
¿De qué hablamos cuando hablamos de sostenibilidad?
Hablamos de prácticas sostenibles cuando se satisfacen las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las propias.
La sostenibilidad tiene un gran objetivo: garantizar una mejor calidad de vida para todos de forma que pueda sostenerse a largo plazo. Pero si expandimos el concepto de sostenibilidad, nos encontramos con que no sólo se trata de cuidar el medioambiente: también hace referencia a la creación de equidad social y al aumento de la rentabilidad a largo plazo. Partiendo de estos dos conceptos, un producto sostenible nunca llegará a ser tal si, al menos, no consigue equidad social ni tiene una rentabilidad creciente a largo plazo.
'Un sistema alimentario sostenible es aquel que proporciona alimentos saludables para satisfacer las necesidades alimentarias actuales, mientras mantiene ecosistemas saludables que también pueden proporcionar alimentos para las generaciones venideras con un impacto negativo mínimo en el medioambiente'. Definición de la APHA
La sostenibilidad es un objetivo conjunto
No podemos hablar de sostenibilidad sin tener en cuenta que nuestra industria es interdependiente con muchas otras a la vez. Por eso, no podemos hablar de sostenibilidad sin tener en cuenta el ecosistema que rodea a los alimentos para mascotas.
Si queremos crear una industria más sostenible, debemos tener en cuenta aspectos ecológicos, sociales y económicos que no sólo impactan en nosotros, sino en todo el sistema alimentario en general. La interdependencia es infinita: desde el abastecimiento y la elección de ingredientes, pasando por la comercialización, el envasado y la distribución, hasta las huellas de carbono y agua, las cuales varían mucho entre los ingredientes de origen vegetal y animal, la estrategia de producción y la ubicación geográfica. Para hablar de un proceso productivo 'sostenible' debemos medir varios factores, como pueden ser el uso de la tierra, la gestión de los desechos, las emisiones de gases de efecto invernadero o la diversidad biológica; porque no sólo se trata de medir cuántos desechos plásticos provocamos, sino de evaluar el impacto ambiental real de todas las etapas de la vida de nuestros productos en términos de: calentamiento global, eutrofización, acidificación, smog fotoquímico y uso de la tierra, entre otros.
Esto puede contemplarse a nivel local, nacional, regional e internacional. Además, si aboga por la equidad social, tiene en cuenta también fomentar la producción local y las infraestructuras de distribución, la asequibilidad y accesibilidad de los alimentos para quienes los necesitan y la protección a los agricultores y otros trabajadores, consumidores y comunidades implicados en el sistema.
Ahora bien, debido a que la industria utiliza, en gran medida, subproductos de la producción de alimentos para personas, está íntimamente relacionada con la producción ganadera y el sistema alimentario humano, lo cual representa un desafío en sí mismo: mientras que ya participamos en la sostenibilidad de los sistemas utilizando lo que para otros son desechos, nos enfrentamos a los dueños de mascotas demandando cada vez etiquetas más limpias y transparentes. Y desde la lógica y el (des)conocimiento que la mayoría de ellos tienen, en términos de calidad nutricional, los subproductos o desechos de la producción de alimentos para humanos son sinónimo de mala calidad.
El concepto clave: sostenibilidad nutricional
Aplicando estos conceptos a la producción de alimentos para mascotas, buscamos una industria con sostenibilidad nutricional en la que tengamos la capacidad de proporcionar suficiente energía y nutrientes esenciales para mantener la buena salud de la población animal sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades nutricionales.
Y sí, un componente de la sostenibilidad de un sistema alimentario debe ser, esencialmente, su capacidad para proporcionar una nutrición adecuada y segura a sus usuarios finales. Pero, ¿eso es todo? Por supuesto que no. Como parte de ella, los alimentos pueden afectar la salud no sólo por su contenido de nutrientes y la cantidad consumida, sino también por componentes no nutritivos, como pesticidas, fertilizantes, conservantes, metales pesados y contaminantes microbiológicos. De hecho, muchos sistemas alimentarios pueden ser sostenibles desde el punto de vista nutricional y, sin embargo, los aspectos ecológicos, sociales y económicos de la sostenibilidad deben equilibrarse para apoyar una sostenibilidad integral.
Hablando claro: el sistema alimentario mundial actual es nutricionalmente insostenible… por muchas de estas razones
En los países desarrollados, el consumo excesivo de alimentos altamente procesados y de bajo costo con alto contenido de azúcar, grasas saturadas y sodio ha sido un contribuyente clave a la epidemia de obesidad y enfermedades asociadas a la obesidad en humanos. Por el contrario, la falta de disponibilidad de alimentos asequibles y ricos en nutrientes en los países en desarrollo sigue contribuyendo al hambre y la malnutrición. A futuro, y si seguimos este camino, esta condición no hará más que empeorar, ya que más cultivos como el maíz, el trigo, la caña de azúcar y el aceite de palma, entre otros, se utilizan para la producción de etanol y/o biodiesel y compiten directamente con la producción de alimentos. Además, si agregamos que la mayoría de los países con el mayor crecimiento demográfico están subdesarrollados con economías pobres, inestabilidad política o tierras agrícolas inadecuadas, lo que podemos predecir no es, precisamente, motivante.
Lo importante: ¿qué estamos haciendo?
Upcycling
Esta es una palabra nueva para algo que, en la industria, venimos haciendo hace mucho, mucho tiempo. Consiste en utilizar desechos de la producción de alimentos para humanos que, de otro modo, se habrían desperdiciado; hablamos tanto de subproductos cárnicos como de vegetales con formas no estándares.
- Estamos explorando nuevas alternativas como fuentes de proteínas como insectos, guisantes o algas.
- Estamos buscando alternativas a microingredientes potencialmente nocivos como el dióxido de titanio.
- Estamos evaluando la incorporación de nuevos suplementos como los prebióticos, posbióticos para mascotas, vinagre de manzana o nutracéuticos.
Packaging
Una vez que se producen los alimentos para mascotas, nos encontramos con las dicotomías de los envases. Los dueños de mascotas quieren envases con bajo impacto ambiental, pero bellos, coloridos, prácticos y cómodos: resellables o de una sola porción que mantengan el contenido fresco durante largos períodos.
Por una necesidad de marketing y diferenciación en el mercado, el packaging (especialmente de calidad premium y superpremium) tiende a estar hecho de materiales de alta barrera con impresiones gráficas muy brillantes y coloridas. Trasladar este tipo de packaging a recursos renovables o con bajo impacto ambiental es, a día de hoy, dificultoso.
- Reutilizar: Mientras se trabaja en la investigación y desarrollo de materiales más sostenibles, muchas empresas optan por ofrecer envases reutilizables con sistemas de recarga. Así, si bien el material es nocivo, al reducir la cantidad, se reduce la contaminación y el impacto.
- Etiquetas limpias (y educativas): No se trata sólo de ser transparentes con el contenido de los alimentos, sino de educar a los consumidores acerca de nuestras decisiones. Si nunca nos ocupamos de concientizar a los dueños de mascotas acerca de los beneficios, por ejemplo, de las fórmulas a base de insectos, es muy probable que nunca se acepte esa materia prima como válida para el alimento de sus mascotas.
- Estamos impulsando la utilización de bolsas de papel, dado que tienen una menor huella de carbono.
- Se está impulsando la utilización de plástico reciclable para la creación de packaging de un sólo uso.
Conclusión
Podemos afirmar que el sistema alimentario no satisface las necesidades de las generaciones presentes, por lo que falla incluso antes de llegar a las generaciones futuras.
Sin dudas, los profesionales de la industria debemos comenzar a pensar y evaluar las cadenas y sistemas de suministro actuales y asignar nuevos recursos para crear otros nuevos y acercarnos, de a poco, pero de forma consistente, a un proceso más sostenible en todos sus sentidos. Y si bien es un camino que aún tiene mucho por recorrer, cada vez se encuentran más formas de innovar con alternativas e ingredientes y materias primas más sostenibles.
Hoy tenemos la oportunidad de abordar estos desafíos e impactar positivamente en la sostenibilidad de la industria de las mascotas a través del rediseño de productos, de procesos de fabricación y promoviendo la educación pública y el cambio de políticas favorables para el cuidado del ecosistema.
Los alimentos para mascotas elaborados con ingredientes sostenibles son el futuro.
Fuente: All Pet Food
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Sobre el autor
Maria Candelaria CarbajoTraductora y redactora - Colaboro con negocios y proyectos con propósito para mejorar su comunicación escrita, transmitir su valor diferencial y conectar con sus personas-audiencia. Me gusta el trabajo en equipo y unir fuerzas, experiencias y conocimientos para llevar al mundo todo el potencial que tienen los negocios que buscan impactar con sus servicios, productos o experiencias.
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