El consumidor actual está consciente de que la buena salud proporciona bienestar y calidad de vida y es el impulsador clave para que existan nuevas e innovadoras soluciones nutricionales y funcionales en el ámbito alimentario. Lo anterior se hará más evidente a medida que nos demos cuenta de que se está produciendo un gran cambio demográfico: la generación conocida como los 'baby boomers' está envejeciendo. Se estima que para el año 2050, el 30% de la población estadounidense tendrá 65 años o más. Esta tendencia en cambios demográficos también está ocurriendo en otras regiones geográficas alrededor del mundo.
Actualmente, la esperanza del tiempo vida al nacer es de 79.4 años. Un aumento significativo en los últimos 40 años debido principalmente a los avances en nutrición y la atención médica. Sin embargo, el envejecimiento normal también provoca una serie de cambios en el organismo y así mismo la disminución de funciones corporales, como la vista, la audición, el gusto, la movilidad, y la memoria por mencionar algunos.
Estos cambios son secuenciales en el tiempo y se deben a la acumulación de daño en las células, tejidos y órganos como resultado de la activación y desactivación de ciertos genes; cambios en la regulación hormonal; y el desgaste y producción de radicales libres entre otros.
A medida que la población humana envejece, la prevalencia de estos cambios deteriorantes en el cuerpo seguirá aumentando. Una de estas condiciones, el deterioro cognitivo entre las personas de edad avanzada puede ser una carga tremenda para la salud pública. La enfermedad de Alzheimer (EA) es la enfermedad neurodegenerativa más común. Afecta a 5.3 millones de estadounidenses de 65 años o más, y se espera que este número aumente en una magnitud de 4 veces para el año 2050 con un costo de más de 1.1 billones de dólares.
¿Puede Fido venir al rescate?
Al igual que los humanos, el tiempo de vida esperado en la población de mascotas se está alargando debido a una mejor nutrición y atención veterinaria. Se estima que el 45% de los dueños de perros en los Estados Unidos de Norte América, tienen un perro de 7 años o más, lo cual es una cantidad significativa de mascotas "mayores" o 'seniors' en el hogar.
Varios estudios en los últimos 15 años proporcionan evidencia que indica similitudes entre el hombre y su mejor amigo en lo que respecta a las habilidades de comportamiento cognitivo, particularmente en las etapas posteriores de la vida. Estos estudios sugieren que el deterioro cognitivo durante el envejecimiento canino es notablemente similar al envejecimiento humano y la demencia.
En los humanos, EA involucra la acumulación de placas seniles llamadas placas beta-amiloideas (BA) y de ovillos neurofibrilares (ONF). Los canes desarrollan lesiones de placas BA pero no desarrollan por completo los ONF. Mas aun, los radicales libres o las especies reactivas de oxígeno (ROS) producidas por un mal funcionamiento mitocondrial (el motorcito de las células) pueden causar efectos nocivos en las neuronas, tanto en los caninos como en los humanos.
En el modelo canino, el uso de antioxidantes y cofactores mitocondriales como la carnitina, el ácido alfa lipoico; antioxidantes como el alfa tocoferol, mostraron una cognición mejorada y una neuropatología reducida en perros de edad avanzada. Los efectos beneficiosos del consumo de pescado son bien conocidos en la salud humana. Varios estudios en personas mayores indican que la suplementación con ácido docohexaenoico (DHA) es una asociación protectora contra el deterioro cognitivo. Del mismo modo, la suplementación con DHA en el modelo canino también muestra una mejora en el aprendizaje cognitivo en perros de edad avanzada.
Una fuerte evidencia proveniente de varios estudios realizados con una levadura de selenio especializada (Alltech, Inc.), indican que esta forma de selenio desempeña un papel importante en la reducción de la carga que imponen las placas beta amiloideas, minimizando la oxidación del ADN y ARN, ayudando a prevenir neuropatologías relacionadas con la edad avanzada y el deterioro cognitivo.
Por el momento no existe una única bala de plata que brinde una solución definitiva para mantener una buena función cognitiva a lo largo de la vida. Lo que está claro, sin embargo, es que día a día las herramientas nutricionales y el conocimiento sobre salud cognitiva que tenemos a la mano vienen en aumento, lo cual nos ayudara a forjar un magnífico escudo para luchar contra el deterioro cognitivo, y tanto los humanos como nuestro fiel fido, podran salir victoriosos.
Autor: Juan Gomez-Basauri, Ph.D.
Alltech Nicholasville, KY
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