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22/08/2023
Fibra alimentaria: el arma secreta del veterinario
Puntos clave
La fibra alimentaria desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de la salud general del animal y, en particular, del tracto gastrointestinal.
La cantidad de fibra de los alimentos comerciales para perros y gatos varía mucho y puede resultar complicado entender lo que se declara en la etiqueta del producto.
Existen evidencias de que los alimentos enriquecidos en fibra son útiles para el manejo de la diarrea aguda y crónica, particularmente de la colitis, aunque se desconocen el tipo ideal de fibra, la cantidad y el periodo de administración óptimo.
También existen evidencias preliminares de la utilidad de la fibra en algunos casos de enteritis (intestino delgado) o enterocolitis (intestino delgado y grueso).
La salud sistémica de los animales y el mantenimiento de la homeostasis del tracto gastrointestinal (GI) dependen en gran medida de los efectos de la fibra alimentaria, que es un término que engloba diversos tipos de carbohidratos no digestibles. Las funciones principales de la fibra en el intestino incluyen la alteración física del bolo ingerido, la modulación del apetito y la saciedad, la regulación de la digestión y el aporte de energía a la microbiota mediante la fermentación, pero aparte de esto, la fibra alimentaria también actúa a nivel sistémico proporcionando numerosos efectos beneficiosos en todo el organismo, tal y como se ilustra en la Figura 1.
Este artículo ofrece una revisión sobre la función de la fibra, los beneficios para la salud, la declaración de la fibra en el etiquetado y la utilidad clínica de modificar el aporte de fibra en enfermedades GI, con el objetivo de proporcionar información útil para el trabajo diario del veterinario clínico.
Figura 1. La fibra alimentaria tiene efectos tanto a nivel del tracto gastrointestinal como a nivel sistémico. En este esquema se destacan los principales efectos descritos en el perro y el gato.
Características clave de la fibra
Las propiedades fisicoquímicas, incluyendo la fermentabilidad, la solubilidad y la viscosidad, son criterios útiles para clasificar los distintos tipos de fibra alimentaria, ya que permiten conocer mejor las posibles características funcionales de cada fuente de fibra. Comprender esta clasificación es útil en muchas situaciones clínicas y conocer las indicaciones de uso de los diferentes tipos específicos de fibra puede ayudar a modificar el aporte de fibra alimentaria a nivel individual.
La fermentabilidad hace referencia a la capacidad de los microorganismos del tracto GI de descomponer químicamente la fibra. Las distintas fuentes de fibra pueden ser no fermentables, lentamente fermentables, moderadamente fermentables o rápidamente fermentables. Los ácidos grasos de cadena corta (AGCC) y otros metabolitos producidos por la fermentación ayudan a explicar la multitud de beneficios de la fibra tanto para la salud GI como a nivel sistémico. Una mayor fermentación de la fibra suele estar correlacionada con una disminución del tiempo de tránsito intestinal, un menor volumen fecal y un aumento de la producción de AGCC y de otros metabolitos. La celulosa y la hemicelulosa son ejemplos de fibras no fermentables o de fermentación lenta que atraviesan el tracto GI sin que se produzcan grandes cambios en su estructura, manteniendo la capacidad de aumentar el volumen fecal. Por otro lado, las pectinas y las gomas son el típico ejemplo de fibras altamente fermentables, que dan lugar a una elevada cantidad de AGCC.
La solubilidad de una fibra se basa en su capacidad de dispersión en el agua, lo que permite crear un gel viscoso en el tracto GI. La solubilidad de las diferentes fuentes de fibra también puede variar ampliamente, desde fibras completamente solubles a completamente insolubles. Existe un amplio grado de solapamiento entre la solubilidad y la capacidad de fermentación, de manera que muchas fibras rápidamente fermentables (como las pectinas y las gomas) son las más solubles, mientras que las fibras poco fermentables (celulosa, hemicelulosa) son algunas de las menos solubles.
La viscosidad hace referencia a la capacidad espesante y gelificante de la fibra en una solución. De nuevo, esta propiedad puede variar en gran medida entre los distintos tipos de fibra y se encuentra con más frecuencia en un subconjunto de tipos de fibra soluble. La viscosidad se pierde tras la fermentación; por tanto, las fibras solubles de fermentación lenta (como el psyllium) son capaces de mantener la capacidad de formar un gel dentro del tracto GI durante más tiempo.
La fibra y el etiquetado de los alimentos para mascotas
Tal y como se ha mencionado antes, la fibra consiste en carbohidratos no digestibles. Estos carbohidratos y sus metabolitos (como los AGCC) solo aportan hasta el 5% de toda la energía del alimento. Dada esta limitada contribución, la fibra alimentaria no se considera un nutriente esencial y muchas de las instituciones que establecen las cantidades mínimas y máximas de los nutrientes no han determinado ninguna cantidad mínima de fibra en los alimentos para perros o gatos. Además, esto se ve respaldado por estudios de corta duración en los que no se han descrito efectos secundarios en perros que recibieron alimentos sin carbohidratos.
Entre los posibles problemas relacionados con el exceso de fibra alimentaria se incluyen la menor absorción de minerales, la dilución de la densidad calórica y la presencia de signos GI como la diarrea, los calambres y la distensión abdominal. No se han publicado estudios en los que se haya descrito el desarrollo accidental de deficiencias nutricionales relacionadas con el aporte de fibra en perros y gatos alimentados con productos completos y equilibrados disponibles en el mercado. La deficiencia de fibra también puede causar problemas de salud a nivel GI y sistémico, pero en este caso, la deficiencia parece ser relativa, dependiendo de las necesidades individuales del animal, y no absoluta. Clínicamente, lo que se puede observar con más frecuencia es que, en algunos animales, los alimentos con mayor contenido de fibra alimentaria pueden ayudar a mejorar los signos clínicos GI. Basándonos en esta información, podemos decir que, tanto la deficiencia como el exceso de fibra, es poco probable en perros y gatos sanos que consumen alimentos comerciales.
Existen varios análisis para medir la fibra de los alimentos y declararlo en las etiquetas de los envases. Los que se utilizan con más frecuencia son los que determinan la fibra bruta (FB), la fibra alimentaria total (FAT), la fibra alimentaria insoluble y la fibra alimentaria soluble. El análisis de la FB es el que se utiliza habitualmente en algunos países por motivos de reglamentación del etiquetado, sin embargo, no describe de forma precisa la cantidad de fibra del alimento. El análisis de la FB evalúa principalmente el contenido de fibra insoluble, por lo que aporta poca información sobre las fuentes de fibra soluble.
Por este motivo, el análisis que se utiliza por norma general en alimentación humana es el de la FAT, y los nutricionistas veterinarios cada vez utilizan y recomiendan más este análisis. Si no se dispone del dato de la FAT de un alimento determinado, los veterinarios y los cuidadores deben ser conscientes de la limitada capacidad de información de otros análisis (como el de la FB) para determinar el contenido de fibra alimentaria.
Administración de fibra en los planes nutricionales
La cantidad de FAT en los alimentos para perros y gatos varía enormemente, desde tan solo 0,1 g/100 kcal hasta más de 11 g/100 kcal. Tanto los alimentos dietéticos secos para los trastornos GI en general, como las dietas hidrolizadas y las de elevada digestibilidad, suelen tener un nivel moderado de fibra alimentaria (1,0-2,5 g de FAT por 100 kcal). Los alimentos dietéticos formulados específicamente para enfermedades GI que responden a la fibra suelen tener varios tipos de fuentes de fibra y en mayor cantidad (FAT: 4,5-6,0 g/100 kcal y 2,6-2,9 g/100 kcal para perros y gatos, respectivamente). Los alimentos dietéticos formulados para el control de peso suelen ser los más altos en fibra (FAT: 7,5-11,0 g/100 kcal y 4,6-7,6 g/100 kcal para perros y gatos, respectivamente).
Los alimentos para mascotas fabricados por empresas reconocidas están formulados para ser completos y equilibrados, pero además, pueden presentar diferentes tipos y cantidades de fibra, tal y como aparece indicado en el análisis garantizado de la etiqueta. Si se quiere ofrecer una alimentación alta en fibra, pero no es posible utilizar una dieta comercial enriquecida en fibra, un enfoque alternativo consiste en añadir suplementos de fibra a un alimento de mantenimiento completo y equilibrado, pero con este enfoque, el veterinario debe ser consciente de las posibles complicaciones, como los problemas de administración y de palatabilidad, así como el riesgo de desequilibrar el alimento de mantenimiento con una suplementación incorrecta. La cáscara de psyllium es una de las fuentes de fibra que más se utiliza como suplemento y es preferible a otros productos (p. ej., calabaza enlatada debido a la concentración relativa de fibra. Comparativamente, la fibra presente en alimentos como la calabaza enlatada, está menos concentrada, por lo que el volumen que se debe administrar es significativamente mayor que el de la cáscara de psyllium.
Además, se desconoce la dosificación específica de las diferentes fuentes de fibra para obtener el efecto clínico deseado y los datos publicados al respecto en perros y gatos son limitados; solo se ha publicado un estudio en perros con colitis que responde a la fibra en el que se observó una mejoría utilizando como media una dosis diaria de 30 ml (2 cucharadas) de psyllium (intervalo de 3,75-90 ml (0,25 a 6 cucharadas). Este tipo de suplementación es en gran medida empírico ya que la valoración de su eficacia se basa en los signos clínicos. Los veterinarios también deben tener en cuenta que, al suplementar el alimento con una única fuente de fibra, es posible no obtener los mismos beneficios clínicos que con alimentos que incorporan varios tipos de fibra. Por último, es recomendable aumentar gradualmente la cantidad de fibra suplementada para evitar efectos adversos, ya que estos son más frecuentes cuando la alimentación se cambia de forma brusca.
Efectos GI y beneficios para la salud
La fibra afecta a la velocidad de vaciado gástrico, tiempo de tránsito fecal, volumen fecal, humedad fecal, metabolismo bacteriano y estimula la secreción de moco (Figura 1). Generalmente, las fibras solubles y viscosas retrasan el vaciado gástrico y aumentan el tiempo de tránsito del intestino delgado, mientras que las fibras insolubles suelen aumentar el tiempo de vaciado gástrico y disminuir el tiempo de tránsito en el intestino delgado y el colon. La fibra alimentaria también influye en la facilidad para defecar, dependiendo de la capacidad de aumentar el volumen y el peso de las heces (Figura 1).
Las fibras solubles y fermentables aumentan el peso de las heces, su humedad, su capacidad de retención de agua haciendo que sean más blandas, el porcentaje de materia seca fecal y su concentración bacteriana. Las fibras insolubles, mínimamente fermentables, aumentan la masa fecal mediante la retención de agua y su capacidad de aumentar el volumen de la materia seca. Sin embargo, estos efectos que cabría esperar en los perros y los gatos varían de un estudio a otro y, según los distintos tipos de fibra, por lo que, a la hora de utilizar fibra alimentaria, el veterinario debe tener en cuenta la posibilidad de obtener respuestas atípicas.
La fibra también puede disminuir la digestibilidad del alimento. Este efecto se ha observado con las fibras de fermentación lenta, que tardan más tiempo en ser digeridas por el tracto GI. Con las fibras fermentables y solubles también existe una mayor posibilidad de que la disponibilidad de nutrientes se vea afectada. Esto se basa en su capacidad de formar un gel, lo que puede crear una barrera física para la digestión de los nutrientes.
La fibra como prebiótico y el microbioma intestinal
La fibra alimentaria también puede actuar como un prebiótico. Los microorganismos del hospedador utilizan las fibras prebióticas, dando lugar a metabolitos con efectos beneficiosos para la salud y, particularmente, estas fibras tienen una gran influencia en el microbioma intestinal del perro y el gato.
Para que la fibra actúe como prebiótico debe ser resistente a las enzimas digestivas del hospedador, promover el crecimiento de bacterias intestinales simbióticas y no el de las bacterias patógenas. Los oligosacáridos y la inulina (principalmente de la achicoria) son fibras prebióticas que se utilizan habitualmente en los alimentos de los perros y los gatos. No obstante, faltan estudios sobre su impacto, las dosis adecuadas y los efectos sinérgicos de los prebióticos y otras fibras alimentarias en la salud de los perros y gatos, por lo que está justificada una mayor investigación.
Realizar una revisión completa sobre las fibras prebióticas queda fuera del alcance de este artículo, pero cabe señalar la importancia de los efectos de la fermentación de las fibras prebióticas, incluyendo los cambios producidos en la población bacteriana y sus metabolitos. Los AGCC que resultan de la fermentación bacteriana de las fibras actúan como fuente de energía, tanto para las bacterias del colon como para el hospedador a través de la circulación portal. A nivel local, los AGCC contribuyen al mantenimiento de la salud del epitelio intestinal mediante la regulación de la proliferación bacteriana, mejorando el flujo sanguíneo del colon, reduciendo la dependencia de la gluconeogénesis y evitando la colonización de bacterias patógenas (Figura 1).
A nivel sistémico, esto se traduce en un mejor control de la glucemia, la modulación de la expresión génica, la actividad inmunorreguladora y la regeneración neuronal. Los beneficios locales y sistémicos de los prebióticos en los perros y los gatos son un área importante que necesita más investigación.
Efectos sistémicos y beneficios para la salud
La fibra alimentaria disminuye la densidad calórica de los alimentos y aumenta la saciedad, desempeñando un importante papel en el control del peso. La adición de fibra insoluble permite proporcionar más volumen de alimento sin calorías y favorecer la sensación de saciedad. Los resultados de los estudios realizados sobre el papel de la fibra en el control de peso pueden variar de unos a otros y en estos estudios se suelen incluir múltiples variables, pero las evidencias disponibles respaldan el uso de alimentos altos en fibra alimentaria para controlar el peso y favorecer la saciedad.
La fibra y los macronutrientes del alimento también influyen en la glucemia postprandial y la respuesta a la insulina (Figura 1).
Particularmente, las fibras solubles y muy viscosas parecen ser las más eficaces por su capacidad de formar un gel en el intestino que impide la absorción de glucosa. Hay estudios que demuestran que el aumento del porcentaje de fibra alimentaria, soluble o insoluble, está asociado con un mejor control de la glucemia y una disminución de la hiperglucemia postprandial.
En el gato se ha estudiado menos el efecto de las fibras en el control de la glucemia y los resultados de los dos estudios que actualmente se han publicado son contradictorios. A pesar de las mejorías observadas en algunos estudios, en ninguno de ellos el efecto de la fibra fue lo suficientemente marcado como para reducir la dosis total de insulina administrada o mejorar los signos clínicos.
A medida que los animales envejecen se producen muchos cambios en el tracto GI. Estos cambios incluyen la menor digestibilidad de las proteínas y grasas brutas, la reducción del tiempo de tránsito intestinal, del metabolismo basal, de las respuestas postprandiales, de las secreciones intestinales y pancreáticas y de la actividad física. La suplementación de fibra en animales de edad avanzada puede ser útil para mantener el tiempo de tránsito intestinal y la función GI, así como para prevenir el estreñimiento y la diarrea, pero esto no se ha investigado formalmente y las recomendaciones sobre el aporte de fibra en perros y gatos de edad avanzada se basan en suposiciones.
Es importante señalar que, en la población geriátrica, si el animal no presenta una deficiencia relativa de fibra, puede no estar recomendada la ingesta elevada de fibra (especialmente si está delgado o tiene un peso corporal bajo) debido a su impacto en la digestibilidad y la función GI.
Fibra y manejo de las enfermedades GI
Diarrea aguda
Los alimentos enriquecidos en fibra pueden ser útiles para el tratamiento de la diarrea aguda en perros. Esto se describió por primera vez en un estudio aleatorio con 22 perros divididos en dos grupos, a los que se les administró un alimento alto en fibra o el alimento control, junto con metronidazol. Al comparar ambos grupos, los perros alimentados con un alimento alto en fibra mostraron una mejor puntuación fecal que los perros que recibieron el alimento control. Los alimentos del estudio diferían en la cantidad de fibra soluble e insoluble, de manera que el alimento alto en fibra tenía 6,1 g/100 kcal de FAT frente a 1,5 g/100 kcal del alimento control.
En otro estudio con 59 perros se evaluaron diferentes estrategias para el tratamiento de la colitis aguda y también se observó que la administración de un alimento alto en fibra era beneficiosa. Los perros del estudio se distribuyeron aleatoriamente en tres grupos controlados con placebo: un grupo recibió una dieta de elevada digestibilidad junto con el placebo, un segundo grupo recibió la dieta de elevada digestibilidad junto con metronidazol y un tercer grupo recibió la dieta de elevada digestibilidad enriquecida en psyllium junto con el placebo. El contenido de fibra alimentaria (FAT) de la dieta altamente digestible era de 1,5 g/100 kcal y el de la dieta enriquecida en fibra era de 2,8 g/100 kcal. Se observó que el manejo nutricional, por sí solo sin metronidazol, fue más eficaz que el tratamiento con una dieta de elevada digestibilidad y metronidazol, respecto al tiempo transcurrido hasta la resolución de los signos clínicos.
Cabe destacar este estudio por ser el primero en el que se comparan dos estrategias frecuentes para el manejo nutricional empírico de la colitis aguda en el perro, resultando ambas beneficiosas.
Por último, en un estudio publicado como abstract se demostró la eficacia de alimentos enriquecidos en fibra en cachorros de protectoras con diarrea aguda. Dado el formato resumido del estudio, la información sobre la composición de los alimentos utilizados es limitada, pero se indica la presencia de varias fuentes de fibra soluble e insoluble. El alimento más alto en fibra tenía un 4,3% de FB y un 2,0% de fibra soluble y el alimento con menos fibra tenía un 3,3% de FB sobre materia seca y un 0,3% de fibra soluble (en ninguno de ellos hay datos en g/100 kcal). Con el alimento más alto en fibra se obtuvo la resolución más rápida de los signos clínicos y una mejoría de las puntuaciones fecales.
Aunque en el caso de los gatos con diarrea aguda existen menos evidencias que respalden su uso, los alimentos enriquecidos en fibra también parecen ser eficaces. De manera similar al estudio anterior, se ha publicado un abstract que ha demostrado la eficacia de alimentos enriquecidos en fibra en gatitos de protectoras con diarrea aguda. En este estudio la información disponible de los alimentos también es limitada, pero su composición incluía varias fuentes de fibra soluble e insoluble. El alimento más alto en fibra tenía un 3,0% de FB y un 1,6% de fibra soluble, mientras que el alimento con menos fibra tenía un 1,1% de FB sobre materia seca y un 0,2% de fibra soluble (en ninguno de ellos hay datos en g/100 kcal). A pesar de obtener unas puntuaciones fecales similares con ambos alimentos, la resolución de los signos clínicos fue más rápida con el alimento enriquecido en fibra.
En estos estudios no se observaron complicaciones ni efectos adversos asociados al manejo dietético de la diarrea aguda y, en comparación con el tratamiento antibiótico, el microbioma intestinal se vio menos afectado. Esta información respalda el uso de alimentos enriquecidos en fibra para el tratamiento de la diarrea aguda, particularmente en el caso de colitis, tanto en perros como en gatos, aunque actualmente desconocen el tipo ideal de fibra, la cantidad y el periodo de administración óptimo.
"La fibra es un componente de prácticamente todos los alimentos de los perros y los gatos y es una característica nutricional que todavía no se ha aprovechado al máximo. Además, se puede manipular para obtener beneficios y mejorar algunos signos clínicos en perros y gatos." Adam Rudinsky.
Diarrea crónica
De forma similar al caso de la diarrea aguda, hay varios estudios que respaldan el uso de alimentos enriquecidos en fibra para el manejo de la diarrea crónica. La indicación más frecuente es la colitis (intestino grueso), pero también hay estudios, que se describen a continuación, con evidencias preliminares de su eficacia en casos de enteritis (intestino delgado) o enterocolitis (intestino delgado y grueso).
En el primer estudio realizado en perros se evaluó la eficacia de 3 dietas diferentes (baja en grasas, alta en fibra o de contenido limitado en antígenos) junto con la administración simultánea de corticosteroides. La dieta alta en fibra fue la segunda más eficaz, ya que los signos clínicos se controlaron en aproximadamente el 75% de los casos; con la dieta limitada en antígenos se obtuvo el mejor resultado, respondiendo el 85% de los casos, y con la dieta baja en grasas el porcentaje de respuesta fue el menor (18%).
Un estudio retrospectivo en 25 perros con colitis crónica también respalda el uso de alimentos enriquecidos en fibra, ya que la estrategia nutricional que con más frecuencia dio lugar a la resolución de los signos clínicos fue la de utilizar una dieta alta en fibra. Las dietas altamente digestibles e hipoalergénicas también resultaron eficaces, aunque en un menor porcentaje de casos. Al no tratarse de un estudio controlado aleatorio, no se puede determinar la eficacia relativa de las diferentes estrategias. En otro estudio no controlado en perros con colitis se utilizó una dieta comercial enriquecida en fibra y se obtuvo la resolución de los signos clínicos. Estos tres estudios respaldan la estrategia de utilizar dietas enriquecidas en fibra en perros con diarrea crónica, ya que se obtuvo una mejoría de las puntuaciones fecales.
También hay estudios que respaldan el uso de dietas enriquecidas en fibra en caso de colitis crónica, tanto no inflamatoria como idiopática. En un estudio se ha descrito la respuesta de 27 perros con colitis crónica no inflamatoria a la suplementación de varios alimentos con fibra predominantemente soluble 6; la mayoría de los perros (96,3%) tuvieron una respuesta clínica excelente o buena a la suplementación con fibra. En otro estudio en el que se utilizó una dieta comercial enriquecida en fibra insoluble junto con otros tratamientos, 12/19 perros respondieron a la modificación dietética. En ambos estudios, la administración de fibra permitió reducir la dosis del tratamiento farmacológico complementario o incluso, en algunos perros, suspenderla por completo.
Por tanto, estos estudios respaldan el uso de dietas enriquecidas en fibra soluble, insoluble y mixta en perros con diarrea idiopática del intestino grueso.
Además, del efecto de la fibra en los parámetros gastrointestinales tradicionales, en un estudio se ha indicado que la fibra alimentaria puede mejorar el comportamiento de defecación y la calidad de vida de los perros, según la información de sus cuidadores. En dicho estudio se sugirió que el aumento de los metabolitos antioxidantes y antiinflamatorios derivados de las fibras puede contribuir a este efecto general de la salud. En el futuro, la investigación se debería centrar en los beneficios a largo plazo de la suplementación con fibra en perros con enfermedades gastrointestinales crónicas.
Además, se ha indicado que el pronóstico de los perros con enfermedad GI crónica que responde a la fibra es bueno. En estudios en los que se ha analizado el efecto del tratamiento con fibra soluble a largo plazo se ha obtenido una respuesta, como mínimo, buena en el 96% de los perros; cuando se utilizaron dietas con fibra predominantemente insoluble, se obtuvo una respuesta en el 63% de los perros. El seguimiento a largo plazo indicó que, tras la respuesta inicial, la suplementación y el manejo dietético a largo plazo se asociaron con el mejor control de los signos clínicos. En todos los estudios, los alimentos reforzados en fibra y suplementados con fibra demostraron ser seguros y bien tolerados por los perros.
En el gato, las evidencias sobre el manejo de la diarrea crónica con dietas enriquecidas en fibra son limitadas y se basan en pocos estudios. En un estudio a pequeña escala con 12 gatos con diarrea crónica, se observó una respuesta a la dieta, sola o junto con la administración de fármacos, en la mayoría de los gatos y las dietas más utilizadas fueron dietas altas o suplementadas con fibra. En otro estudio cruzado, se administró una dieta con fuentes mixtas de fibra soluble a 19 gatos con diarrea crónica, obteniéndose una mejoría en la puntuación fecal y una disminución en la frecuencia de defecación en comparación con el alimento control. En el tercer estudio se evaluó el uso de fuentes de fibra que dan lugar a metabolitos antioxidantes y antiinflamatorios en gatos con diarrea y se obtuvieron mejores resultados que con otras fuentes de fibra. Estos estudios apoyan el concepto de diarrea crónica que responde a la fibra en el gato.
Por tanto, existen evidencias sólidas que respaldan el uso de dietas enriquecidas o suplementadas con fibra para el tratamiento de la diarrea crónica tanto en perros como en gatos y la mayoría de estas evidencias corresponden a casos de colitis.
Estreñimiento
Según los datos extrapolados de otras especies, la elección de los especialistas y los datos obtenidos en perros y gatos sanos, la fibra alimentaria parece ser beneficiosa en perros y gatos con estreñimiento. Existen varias razones que pueden explicar por qué la fibra, tanto soluble como insoluble, puede ser eficaz en el manejo del estreñimiento. Como ya se ha mencionado antes, las fibras insolubles o no fermentables aumentan el volumen fecal, lo que estimula el peristaltismo intestinal. La fibra soluble forma un gel en el intestino que favorece el movimiento de las heces. En animales con estreñimiento, las fibras altamente solubles y fermentables, además, pueden ser beneficiosas por los productos derivados de la fermentación; en concreto, estas fibras se han relacionado con la producción de AGCC, que tienen un efecto procinético y aumentan el contenido de agua en las heces.
El estreñimiento es frecuente en el gato y se ha demostrado que las fuentes de fibra ricas en compuestos antioxidantes y antiinflamatorios mejoran los signos clínicos.
En otro estudio en gatos con estreñimiento se obtuvo una mejoría de la puntuación fecal tanto en el grupo que recibió únicamente una dieta con varias fuentes de fibra, incluyendo psyllium, como en el grupo que recibió la dieta junto con la administración de fármacos adyuvantes. Aunque son pocos estudios, estos resultados respaldan el uso de dietas enriquecidas en fibra en el caso del estreñimiento felino. Sin embargo, antes de recomendar una dieta alta en fibra para un gato con estreñimiento, el veterinario debe valorar primero si hay signos de dismotilidad grave del colon (p. ej., megacolon), en cuyo caso la fibra estaría contraindicada.
Aunque faltan estudios clínicos sobre los efectos de la fibra en perros con estreñimiento causado de forma natural, experimentalmente, la administración de pasta de higo como fuente de fibra ha demostrado mejorar el tránsito fecal sin complicaciones en perros.
Además, en un estudio, la utilización de una mezcla de prebiótico y probiótico que incluía inulina demostró tener un efecto laxante en perros sanos, lo que sugiere que puede ser eficaz para el tratamiento del estreñimiento. Es necesaria una mayor investigación sobre los efectos de la fibra en perros con estreñimiento causado naturalmente, pero los resultados de investigaciones preliminares son prometedores y, al igual que en el caso de la diarrea, se necesitan más estudios tanto en perros como en gatos para determinar el tipo específico o cantidad de fibra óptima para el manejo del estreñimiento.
Otros posibles beneficios de la fibra alimentaria están relacionados con la salud inmunitaria, cardiovascular y reproductiva (Figura 1). En medicina humana, la suplementación con fibra puede reducir el riesgo de neoplasias, enfermedades cardiovasculares y coronarias, y mejorar el estado de la salud reproductiva, pero en el perro y el gato, estos efectos de la fibra, así como otros posibles efectos beneficiosos a nivel sistémico, se han estudiado poco y requieren una mayor investigación.
Conclusión
La fibra es un componente de prácticamente todos los alimentos de los perros y los gatos y es una característica nutricional que todavía no se ha aprovechado al máximo. Además, se puede manipular para obtener beneficios y mejorar algunos signos clínicos en perros y gatos.
Para que los veterinarios en su trabajo diario puedan utilizar la fibra de forma competente y con seguridad es necesario tener unos conocimientos básicos sobre los beneficios de la fibra para la salud, la forma de declararse en las etiquetas de los alimentos para mascotas, sus propiedades fisicoquímicas y sus posibles indicaciones. Los casos en los que con más frecuencia puede estar indicado el manejo dietético con fibra alimentaria son las enfermedades GI del perro y el gato.
Las empresas de alimentos para animales de compañía ofrecen una gran variedad de dietas enriquecidas en fibra y los estudios realizados demuestran que, en determinados casos, pueden ofrecer muchas ventajas respecto a otros tratamientos convencionales (como la administración a largo plazo de antibióticos o inmunomoduladores). Por tanto, la fibra alimentaria, se debe utilizar como una opción para el tratamiento de enfermedades GI tanto en el perro como en el gato.
Por: Adam Rudinsky
Fuente: Royal Canin